Según el diccionario de la Real Academia Española, ofensiva/vo tiene varios significados:
Que ofende o puede ofender.
Que ataca o sirve para atacar.
Perteneciente o relativo al ataque.
Situación o estado de quien trata de ofender o atacar.
Ataque, agresión, especialmente la realizada por fuerza militar.
Ninguno de estos significados puede aplicarse al verdadero significado de la palabra “ofensiva”, cuando sale por la boca de un tirano de corte o de inspiración comunista. Hay que conocer muy bien el léxico de estos tiranos, para entenderlos más allá de toda duda.
Cuando un tirano castro-estalinista comienza a amenazar a su pueblo con “La Ofensiva”, es hora de comprar varios pares de alpargatas, de esas que están hechas con suela de neumáticos, porque lo que está a punto de venir es joropo del mejor.
“La Ofensiva”, para estos regímenes, tiene un significado específico. Ellos, los tiranos, se están refiriendo a una de las etapas más críticas en el proceso de instalación de la revolución comunista en sus países. Es una etapa que tiene su propio manual, el cual, hoy en día, debe de estar más que repotenciado y adecuado a la realidad moderna.
Cuando Chávez habla de “La Ofensiva”, el grueso de los venezolanos lo escucha sin prestarle la más mínima atención, pues se entiende como un vocablo más dentro de la verborrea a la cual nos tiene acostumbrado el sátrapa de Sabaneta. Pero Chávez sí sabe a qué se está refiriendo.
Aunque, para muchos, hay divergencias en cuanto al período exacto, “La Ofensiva” comenzó en la Cuba de Castro a mediados del año de 1964. Ya se había producido la primera gran ola del éxodo masivo cubano, donde gran parte de la clase media había abandonado la isla. Ya Castro había derrotado la Invasión de Bahía de Cochinos y se había atornillado en el poder absoluto, tras el “Pacto KK”, entre Kennedy y Kruschov, que le puso punto final a la “Crisis de Octubre”, o la “Crisis de los Misiles”, de octubre del año 1962.
Tenía todos los elementos del poder bajo su férreo control, había depurado a su fuerza armada y había instaurado en Cuba los comités de defensa de su revolución, los CDR’s. Por supuesto, ya se había declarado marxista-leninista, aunque él en verdad es – y ha sido siempre – “estalinista”.
El estalinismo es un sistema que se basa y se aprovecha de las teorías comunistas de Marx y Lenin, donde el poder absoluto está en las manos de un solo individuo, diseñado para mantener el más absoluto y eterno control dentro de una determinada sociedad e, incluso, región, bajo la excusa de “La Revolución” y de luchar por los pobres. El estalinismo se sostiene bajo el engaño y el terror.
El creador del estalinismo, por supuesto, fue Losif Vissarionovich Stalin, más conocido como Joseph Stalin, quien se apoderó – personalmente – de la Unión Soviética tras la muerte de Lenin, en 1924, aunque llevaba ya dos años como Secretario General del Comité Central del Partido Comunista Soviético.
A partir de la muerte de Stalin, en 1953, luego de asegurarse todos los líderes comunistas soviéticos de que estaba bien muerto, muerto-muertico, se reinstauró en la Unión Soviética el original sistema soviético, donde el poder se distribuía entre los miembros del Comité Central y no lo controlaba un solo individuo.
Uno de los tiranos estalinistas de mayor notoriedad en la historia contemporánea de la humanidad, ha sido Fidel Castro Ruz, cuyo poder ha sido absoluto e incuestionable.
Para 1964, Castro era la única opción real de poder en Cuba. No había ya otra opción de poder que no fuese la que él representaba. Estaba listo, pues, para llevar a Cuba a la fase de “La Ofensiva”, en la cual, hasta los limpiabotas perdieron sus cajones de limpiar zapatos y la clase más paupérrima de la isla, los pescadores artesanales, perdieron sus pequeños botes y tuvieron que ponerse a pescar para la “revolución”, es decir: para Castro.
“La Ofensiva” termina de arrasar con todo y crea las bases para una futura, firme y eterna consolidación del régimen, generando la más absoluta miseria y la total dependencia del régimen, de cada uno de los ciudadanos que componen la sociedad.
La siguiente etapa, luego de cumplirse todos los objetivos con “La Ofensiva”, es la “Institucionalización”, en la cual se institucionaliza la revolución por medio de una nueva constitución, algo que ya se ha asomado en la Venezuela de Chávez.
En la Cuba de Castro, qué casualidad, el referéndum para “aprobar” la nueva constitución comunista cubana, se llevó a cabo en la isla el 15 de febrero de 1976. Chávez había dicho que teníamos que apurarnos para que la fecha del referéndum que “enmendaría” a su constitución – para que él pudiera reelegirse eternamente – coincidiera con la inauguración, por parte de Simón Bolívar, del Congreso de Angostura: el 15 de febrero de 1819, sin embargo, lo que no sabían los venezolanos era que un 15 de febrero, Castro llevó a su pueblo a las urnas para aprobar la nueva constitución comunista, institucionalizando así, en aquella nueva etapa, su revolución castro-estalinista. ¿Coincidencia?
Siempre me he querido equivocar, sin éxito, cada vez que he abierto mi boca de sapo en cuanto a todos y cada uno de los eventos que ha inventado el régimen de Chávez para ganar tiempo y guaralear al pueblo, con la ayuda de los conchupantes, claro está. En ese sentido no me he podido equivocar en cuanto al “paro”, la “Mesa de Negociaciones y Acuerdo”, la “Huelga de PDVSA”, la “Huelga Petrolera”, el “Referéndum Consultivo”, “El Firmazo”, “El Re-firmazo”, “El Referéndum Revocatorio” y todo lo que ha venido después, culminando con el garabato del referéndum del 15 de febrero de 2009.
Espero que ahora, por primera vez, me equivoque en cuanto a “La Ofensiva de Chávez”.
“La Ofensiva de Chávez”, que ya él viene anunciando con ese vocablo que a mí me para los pelos, está a punto de comenzar. Ya Chávez ha consolidado su poder en todos los niveles del Estado en Venezuela. Además de controlar las tres instituciones más importantes del país: el “Poder Electoral”, el “Poder Judicial” y las Fuerzas Armadas (que él le llama “Fuerza Armada”, en singular, como para controlarla mejor), controla también a SU oposición, la “Oposición DE Chávez”, como magistralmente la bautizó Roger Vivas.
Chávez, si se quiere, está mucho más fuerte en el poder de lo que estaba Castro en 1964, cuando comenzó en Cuba “La Ofensiva”. Chávez, además de ser el amo y señor dentro de Venezuela, es socio de conchupantes internacionales, como es el caso del “Clan Bush”, que hemos mencionado al principio de este libro. Está, como se dice, “bien apadrinado”, guapo y apoyado. En adición, es un “gobierno amigo”. No se empató en invadir a países vecinos, como hiciera Castro con casi todos los países de Centro América, con Colombia, Venezuela, Guayana, Grenada, Jamaica, Bolivia, Chile… etc, sin mencionar otros países más lejanos, como Zimbabue, Angola, el Congo… y paremos de contar.
Chávez no, Chávez es “pana burda”, un gran amigo. En vez de matar, les cae a billetazos a los países que “invade”. Es una especie de San Nicolás que opera el año entero. Es tan bueno, que le manda gasolina barata a los pobres infelices de los sectores marginales de Estados Unidos de América. Además, ya le ha demostrado al mundo que él, cuando pierde, acepta su derrota y es el único gobernante, desde que la humanidad existe (hace, según él, unos 20 o 25 siglos) que ha hecho 11 elecciones (y las que faltan) en 10 años de “gobierno”. ¡Una maravilla!
Si luego del 15 de febrero de 2009, Chávez no comienza su “Ofensiva” en Venezuela, no la comenzará jamás. Tiene al país a punta de caramelo. Lo único que le falta ahora es “renovar” los curules de la Asamblea Nacional, para ponerse a trabajar, sin descanso, en “La Ofensiva”.
Será ahí y entonces, cuando “El Trompo” va a prohibir que le sigan bailando en su casa. Esos conchupantes que hoy creen que se la están comiendo, tendrán que aprender muy bien a bailar pegados con “El Trompo”, si quieren seguir conchupando, eternamente y luego de “La Ofensiva”.
“La Ofensiva” sentará las bases para llegar a una nueva constitución, UNA COMPLETAMENTE-NUEVA constitución, que podría volver a ser modificada, sobre la marcha, a conveniencia, como hiciera Castro con la suya en dos oportunidades ya: en 1980, tras el derrumbe de la Unión Soviética y en el año 2000, para ratificar el carácter permanente e irrevocable del sistema socialista (estalinista) en Cuba.
Durante “La Ofensiva”, veremos el verdadero y generalizado éxodo de la clase media venezolana, una prioridad para poder pasar al próximo nivel, el de la “Institucionalización”. Hoy los venezolanos hablan mucha, mucha… muchísima bobería: “No, yo no me voy de aquí, que se vaya Él”. Eso es producto de la absoluta ignorancia en cuanto a los efectos que “La Ofensiva” produce en la sociedad.
La mayor ironía en cuanto al deseo de no dejar a Venezuela, la encontramos en un conocido canta-autor venezolano llamado Carlos Baute, quien hizo famosa la canción “Yo me Quedo en Venezuela”, cuando hace muchos años abandonó a su país para irse a vivir a España, desde donde, el 13 de febrero de 2008, le declaró su pleno apoyo al régimen de Chávez, al pronunciarse de la siguiente manera: “…es lógico que el gobierno de Venezuela haya vetado al español, afincado en Miami y ganador de un Grammy en la última edición de estos premios, Alejandro Sanz, porque demostró un comportamiento incorrecto e imperialista…”
El video de la canción “Yo me Quedo en Venezuela” lo podrán ver en la siguiente dirección virtual:
http://www.youtube.com/watch?v=NfZmw6GWGxE
Durante “La Ofensiva” veremos fuertes movimientos de mata dentro del oficialismo venezolano. No nos asombremos si vemos a la Lina Ron pidiendo asilo político en tierras del “Imperio”… y no estoy bromeando. Tal vez no sea ella, pero pudiera ser ella o cualquiera como ella: Diosdado Cabello, Juan Barreto… y hasta el propio hermano del sátrapa, Adán Chávez podría terminar en ese lote.
El eterno exilio cubano se ha cansado de ver pasar por Miami a cualquier cantidad de ex esbirros que hasta el otro día, según ellos, creían que Castro era – como dijo mi amigo Nelson refiriéndose a Chávez – “lo mejor que le había pasado a Cuba”. Ahí tenemos a un cubano que luego de haber sido un alto funcionario de Castro, hace un par de años aterrizó en Miami, dijo que se había equivocado (después de casi 48 años conchupando en Cuba) y hoy es uno de los más connotados analistas políticos (sobre el tema de Cuba, aunque él también le mete un poco al tema de Venezuela) de esta rara ciudad. ¿Cómo la ven? "Cosas veredes, Sancho, que farán fablar las piedras."
Pero fue durante “La Ofensiva de Castro”, donde comenzó a voltearse el grueso de la sociedad cubana, para cuando ya no había nada qué hacer.
Fue más o menos por aquella época, cuando salió publicada esta poesía, de autor para mí desconocido:
“Qué Cosas Tiene La Vida”
Yo te lo advertí con tiempo y no me quisiste creer,
y ayer te vi en el exilio, hablando mal de Fidel…
Qué cosas tiene la vida, cómo hay que vivir por ver.
Cuando aquello Cuba estaba vestida de 26,
con carteles rojo y negro que decían: “¡Gracias , Fidel!”.
Y aunque ya en los paredones, Caín fusilaba a Abel,
y tras cada escapulario se escondía un Lucifer,
a ti no había quién te hablara, ni media palabra de él;
estabas como una novia, vestida de Luna de Miel.
Quién te iba a decir entonces,
que tan pronto te iba a ver,
en las puertas del exilio… y hablando mal de Fidel.
¿Te acuerdas? Eran los días de “Cuba Sí, Yanquis No”.
Los meses del humanismo, cuando Fidel era un dios.
Cuando olvidaste al amigo que temprano se asiló,
y como Pedro negaste a todo el que te ayudó.
Cuando sólo comentabas cínicamente: “¡quedó!”,
cada vez que te enterabas de alguien
que moría en el paredón…
y tú hacías con tu envidia, tu propia revolución.
Fue en enero del sesenta, ¿qué iba a imaginarme yo?,
que te vería en el exilio ahora, en el sesenta y dos,
diciendo que Fidel era un hijo de… Kruschov.
La última vez que te vi en la Habana me dio risa;
fue el día en que me dijiste: “Si Fidel es comunista,
¡que me pongan en la lista…!”
Ya entonces no usabas saco
y andabas siempre en camisa.
Y la tarde en que supiste que había llegado mi visa,
me dijiste hasta gusano y esclavo monopolista.
Y hoy no salgo de mi asombro:
¡tú en la tierra imperialista!
¿Te fijas? No somos nada. Un tremendo fidelista,
gestionando en el exilio el cheque capitalista.
De cómo llegaste aquí, no sé cómo pudo ser.
Ni si viniste con “waiver” o remando hasta Key West.
Sólo sé que estás en Miami, donde yo te he visto ayer,
y aunque te lo dije en Cuba y no me quisiste creer,
y me llamaste gusano y esclavo de no-sé-qué,
quiero que sepas bien esto: me alegró volverte a ver,
aunque por ti me dio pena, que eso tuviera que ser,
en las puertas del exilio… y hablando mal de Fidel.
Robert Alonso
XXXXXXXXEL MANIFIESTO
XXXXXXDE LA NUEVA LUCHA
XXXXX(“MANIFIESTO DE LA LIBERACIÓN”)
I. EL ÚNICO OBJETIVO
El único objetivo de esta nueva lucha es erradicar de suelo patrio a los regímenes que nos han mancillado la libertad y los más elementales derechos consagrados a la humanidad.
II. EL CAMINO HACIA ESE ÚNICO OBJETIVO
Unir a nuestra sociedad civil en torno a una nueva lucha: la resistencia no-violenta cuyo fin será la sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida; la cual, a su vez, busca provocar la insurrección (implosión) militar necesaria para deponer al enemigo apátrida del poder.
III. AL FINALIZAR LA LUCHA
Al finalizar la lucha para defenestrar a los regímenes deslegitimados y traidores, se instalaría en nuestros países un gobierno cívico-militar que pondría orden en la sociedad, haría justicia y sentaría las bases para la redacción de una nueva constitución con la participación de todos las fuerzas vivas democráticas existentes.
IV. CARACTERÍSTICAS DEL ENEMIGO
Debemos comenzar por conocer y entender al enemigo como un ente apátrida y traidor que no conoce fronteras, que desconoce la piedad y que empleará todos los medios disponibles para justificar su único fin: mantenerse firme y eternamente en el poder, en pro de su beneficio personal y el de unos pocos.
Para el enemigo es mantenerse en el poder o morir. No hay otra. Estamos hablando de una muerte física, ya no política. Hugo Chávez, por ejemplo, está consciente de que el día en que él pierda el poder, perderá la vida física porque no podrá mantener la seguridad que hoy le ofrece su régimen. Para el enemigo es seguir “comiendo gallina”, so pena de “morir arponeado”.
Ante tal contrincante no hay tregua. No hay posibilidades de entendimiento... de diálogo ni de esperanzas de eliminarlo por medio de la vía electoral. A un enemigo así hay que sacarlo con fuego: el fuego de la sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida que desemboque, irremediablemente, en una insurrección militar.
V. CON QUÉ CUENTA EL TIRANO
El tirano tiene dos grandes recursos: dinero y armamento militar, precisamente con lo que no cuenta la sociedad civil. Para nosotros, el enemigo es invencible en el campo militar, en el campo de la violencia. La violencia le es de su absoluto monopolio, su mayor aliado, de ahí la necesidad de luchar en un plano diferente, donde él no cuente con recurso alguno.
El enemigo, además, tiene el apoyo incondicional de la llamada “comunidad internacional”, porque allá afuera se es alérgico a los cambios radicales que pudieran poner en peligro a sus propios intereses. Por ejemplo, una desestabilización sostenida del régimen actual en Venezuela, desestabilizaría el mercado energético a nivel mundial, lo que traería un instantáneo dolor de cabeza en los ámbitos políticos y económicos en los países industrializados del llamado “Primer Mundo”.
Para eliminar ese apoyo incondicional del cual hoy son acreedores estos regímenes, debemos afectar – sostenidamente – los intereses internacionales y para eso, la mejor manera es “embasurando” al país oprimido mediante una paralización total, absoluta y sostenida... a través de la sublevación cívica no violenta. Un verdadero, efectivo y sostenido PARO GENERAL.
Una vez que la “comunidad internacional” entienda que el desbarajuste se mantendrá indefinidamente en el país convulsionado mientras las existentes autoridades estén frente al poder y que la sociedad civil de ese país no tiene la más mínima intención de amainar la resistencia, otro gallo le comenzará a cantar al régimen y esa “comunidad internacional” cambiará inmediatamente de bando, colocándose del lado de la inminentemente nueva opción de poder, es decir: del lado del pueblo sublevado.
VI. CON QUÉ NO CUENTA EL TIRANO
El enemigo no cuenta con el apoyo incondicional de la inmensa mayoría del pueblo, así parezca lo contrario en regímenes en los cuales se ha implantado el terror como un método de “seguridad ciudadana” y existe una doble moral, donde cada quien lleva puesta una careta. Una vez que ese pueblo mayoritario explote de manera generalizada y sostenida, no habrá forma de controlarlo. Los tiranos lo saben y le temen a las sublevaciones.
Precisamente, la carencia del enemigo es nuestra mayor herramienta. Nosotros contamos con ese pueblo mayoritario: ¡nuestro gran ejército! Es a ese pueblo a quien debemos comprometer en la lucha de resistencia no-violenta.
Si bien el enemigo cuenta, por ahora, con el apoyo internacional, ese apoyo es efímero y se disolverá de inmediato al entender - la “comunidad internacional” - que el pueblo está decidido a cambiar de autoridades y a defenestrar a la tiranía.
Será la “comunidad internacional”, entonces, un valioso aliado que hará su parte para presionar al tirano a que abandone el poder para buscar con ello la estabilidad regional y, en casos como Venezuela: la estabilidad energética mundial.
Pero no nos engañemos. El régimen puede perder absolutamente todo el apoyo del pueblo, que si éste no se subleva es como si ese apoyo no lo hubiera perdido. La historia está llena de ejemplos de países subyugados por odiosas tiranías y las mismas se mantuvieron por décadas en el poder a través del terror, porque sus pueblos jamás fueron inducidos a la sublevación y equivocaron sus métodos de lucha... hasta un día.
VII. CUÁL ES NUESTRO RETO INMEDIATO
Nuestro reto inmediato debe de ser cohesionar a la sociedad civil en un ente compacto y dispuesto a seguir las instrucciones dentro de una estrategia YA PROBADA de lucha, que obedece a la modalidad de la resistencia no-violenta.
Debemos comprometer a ese pueblo opositor a que se una a la resistencia de una manera activa, participativa y decidida.
El primer paso es el de educar a la sociedad civil a sublevarse de manera activa, generalizada y sostenida, donde se logre el ÚNICO OBJETIVO de derrocar la tiranía con el menor trauma posible. Cada gota de sangre de nuestros hermanos es parte del tesoro nacional. Debemos preservar cada gota de nuestra sangre para la reconstrucción del país.
No es fácil educar a todo pueblo, sin embargo, nuestras instrucciones son sencillas, como veremos más adelante. El enemigo puede enterarse de esta estrategia sin mayores peligros para la sociedad civil, ya que las tiranías no cuentan con los recursos para combatirla. Además, los regímenes totalitarios, a estas alturas, conocen muy bien qué les viene encima cuando un pueblo se une en torno a la resistencia no-violenta.
Los regímenes harán todo lo posible – e imposible – para evitar que un movimiento de resistencia no-violenta tome fuerza, pero cuando vean que el intento es fallido y la sociedad está decidida a organizarse en un solo bloque, comenzarán a “pedir cacao”... a intentar diálogos de “entendimiento”. Al final empezarán a derrumbarse y a perder afectos dentro de sus cuadros internos, tanto políticos como militares. Esa es la experiencia histórica que los tiranos todos conocen y toman muy en cuenta. Hemos oído, por ejemplo, por la boca del propio Hugo Chávez, el daño que las estrategias de resistencia no-violenta les han causado a grandes tiranos de la historia contemporánea y así lo ha relatado en cadena, asombrosamente y a modo de queja, el tirano venezolano.
VIII. TOMEMOS LA OFENSIVA
Hasta ahora los regímenes totalitarios han sido exitosos en tomar y mantener la ofensiva. Por ejemplo, Chávez planifica todas las semanas la agenda de la oposición venezolana en su espacio mediático (radio y televisión) “Aló Presidente”, al anunciar una “bomba” cada domingo. Eso genera una reacción DEFENSIVA de la oposición y así la entretiene durante siete días, hasta el próximo programa... o nuevo escándalo.
Es necesario que los medios de comunicación reseñen las noticias que genera el “oficialismo” de manera casual, pero que nuestros comunicadores no se hagan eco de ellas. Al contrario, pongamos al régimen a comentar las nuestras.
IX. RETÉMOSLE E IGNORÉMOSLE
La verdadera resistencia es un constante retar al régimen. No debe pasar un día en el cual no lo retemos.
La sociedad civil puede organizar eventos - a modo de “tareas” – que reten al régimen. Estos eventos deben de ser ingenuos y absolutamente legales. Por ejemplo, se puede organizar una jornada de varias horas donde todo el pueblo opositor salga al frente de sus respectivas viviendas y, sin obstaculizar el tránsito, rezar el rosario. Todo un pueblo unido rezando el rosario... MOSTRANDO SU RECHAZO AL RÉGIMEN.
Otra “tarea” para retar al régimen podría ser ponerse todos de acuerdo e ir a visitar a un connotado preso político. En ninguno de estos casos habrá necesidad de solicitar permiso para manifestar. No se trata de una marcha organizada.
Claro está que ese reto establecerá un dinamismo que se irá evaluando sobre la marcha, porque no sabemos cuál será la exacta reacción del régimen ni podemos calcular su nivel o intensidad en el campo de la represión.
Al mismo tiempo en que retamos al régimen, lo ignoramos. Debemos pretender que no existe. De hecho: ¡no existe! En Venezuela se levanta el edificio donde una vez funcionó el Congreso Nacional, pero quienes se reúnen hoy en su inmueble, que ahora mientan “asamblea” (como en Cuba), no tienen legitimidad. No los podemos re-legitimar tomándolos en cuenta para nada. Son fantasmas. Uno no se sienta a hablar con fantasmas a menos que se trate de una sesión espiritista. Tomar en cuenta al régimen y a sus acólitos es hacerles el juego y caer en el campo donde ellos se sienten a sus anchas.
No debemos pedirles absolutamente nada a las entidades del régimen. No hay que introducir nada ante la Fiscalía General ni acudir al Tribunal Supremo de Justicia para nada. Esos organismos, al igual que el Congreso, son cascos vacíos usurpados por fantasmas temporales. Por supuesto que no acudiremos a municipio alguno para solicitar permiso para marchar por el territorio nacional.
Sentarse en la mesa de negociaciones con los fantasmas... pretender que modifiquen sus dictámenes, votar en elecciones en contra de ellos (aunque en ocasiones nos dejen “ganar”, como el gato deja que el ratón “se escape” antes de matarlo y comérselo), es perder el tiempo, legitimarlos y retrasar nuestra lucha de resistencia, porque la distorsionamos. En la resistencia se resiste, no se dialoga ni se participa... ¡tampoco se vota! Retamos e ignoramos al régimen día-a-día.
En una lucha de resistencia no acudimos a las citaciones que nos hacen los fiscales ni los tribunales fantasmas. Tampoco pedimos la libertad de nuestros presos. No hablamos con fantasmas.
Esto, como es lógico, supone un gran sacrificio, pero ¿qué lucha no es sacrificada? Es eso, o perderlo todo, incluyendo nuestra dignidad como pueblo. De todas maneras, si no resistimos adecuadamente, terminaremos perdiéndolo todo: ¡la Patria incluida!
X. EL DÍA D
Toda esta lucha de resistencia no-violenta tiene como finalidad llevar al país nacional al “Día D”. El día en que la sociedad civil se sublevará de manera activa, generalizada y sostenida en contra de aquellos regímenes tiránicos. Se habrán acabado las tareas ingenuas y habrá llegado el momento de la verdad.
SUBLEVACIÓN ACTIVA – Porque cada quien participará activamente en la sublevación.
SUBLEVACIÓN GENERALIZADA – Porque tenemos que sublevarnos a lo largo y ancho del país. En cada urbanización o barrio. En cada ciudad, en cada pueblo: ¡EN CADA CALLE! Esa sublevación generalizada debe de ser al unísono, es decir: todos a la vez y en todas partes.
SUBLEVACIÓN SOSTENIDA – Porque tenemos que mantener la sublevación hasta lograr el único objetivo: sacar del poder al tirano y a sus acólitos.
Hay muchas maneras de sublevaciones cívicas. Las hay violentas y no violentas. Por ejemplo, la sublevación que Hugo Chávez convocó, sin éxito, apenas salió de prisión en marzo de 1994, desde el programa de televisión de José Vicente Rangel, fue una sublevación violenta, al estilo del “Mayo Francés” (de 1968).
Ver el siguiente video:
http://www.mrr.name/VIDEO10.htm
La sublevación que nuestro movimiento de resistencia sugiere es no-violenta, al estilo de Serbia, de Filipinas y de muchas otras no-violentas que han dado resultados positivos e incruentos.
Las sublevaciones de Francia, Serbia y Filipinas cumplieron con sus respectivos objetivos, sin embargo, nosotros preferimos la estrategia de la no-violencia por ser la más factible de realizar, la más efectiva, la menos traumática… y la más segura.
La histórica sublevación violenta del “Mayo Francés” fue contra el gobierno democrático del General Charles De Gaulle.
Las no-violentas mencionadas arriba, fueron en contra de dos sanguinarios y genocidas tiranos: Ferdinand Marcos (en Filipinas) y Slodoban Milosevic (en Serbia).
La sublevación en sí es una vía. Es la última “batalla” antes de lograr los objetivos planteados. En el caso de sacar del poder a un tirano, la sublevación cívica debe culminar con la IMPLOSIÓN (o insurrección) militar. Para entonces ya las condiciones estarán lo suficientemente “maduras” como para evitar escenarios de mayores violencias entre militares.
Dentro de esa sublevación no-violenta está la modalidad de “La Guarimba”, la cual hemos venido promoviendo en Venezuela durante muchos años y, en cierto modo, se aplicó entre los días 27 de febrero y 5 de marzo de 2004 con un éxito total, a pesar de no haberse llevado a cabo debidamente porque muchos no observaron las tres reglas doradas (e inviolables) de “La Guarimba”.
“La Guarimba” en Venezuela pudo haber depuesto al régimen en una semana, de no haber sido por la traición de un sector de los líderes “opositores” que pactaron con Hugo Chávez cuando la verdadera oposición popular iba ganando. Uno no se sienta a dialogar cuando tiene a la vista la victoria. La rendición del enemigo debe ser INCONDICIONAL.
XI. NUESTRO MAYOR RETO
El mayor reto de toda sociedad civil que pretenda lograr su libertad a través de la sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida es de carácter comunicacional. Es imperativo enseñarle a todo un pueblo la manera más expedita, correcta y SEGURA de sublevarse sin exacerbar la violencia.
Ojo: No hay que confundir pacifismo con no-violencia. El pacifismo es una forma de vida. La no-violencia es una estrategia de lucha. El 99.99% del pueblo sublevado debe evitar la violencia por razones tácticas más que por convicción moral. La violencia funciona a favor del régimen. Transmitir por TV escenas de muertos en las calles podría desmantelar la sublevación cívica tan pronto como ésta arranca. Es por eso tremendamente importante NO DESPLAZARSE más allá del frente de nuestras viviendas (de nuestras “guarimbas”). De hecho, no es necesario estar en las calles durante “La Guarimba”. Solo necesitamos asegurarnos que nuestras barricadas, frente a nuestras viviendas, estén trancando la vía. Sólo saldremos de nuestras casas para repotenciar aquellas barricadas que ameriten ser repotenciadas.
Decíamos que nuestro mayor reto es, sin duda alguna, de carácter comunicacional. El pueblo debe saber cuál es la manera exacta de aplicar “La Guarimba” dentro de una sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida.
Habremos logrado vencer la barrera de esa dificultad comunicacional mediante la creación de “CELULAS DE RESISTENCIA”.
En biología, la célula es la unidad esencial que forma a todo ser vivo. Es además la estructura anatómica y funcional fundamental de la materia viva, capaz de vivir independientemente como entidad unicelular, o bien, formar parte de una organización mayor, como un organismo pluricelular. Nada hace el régimen con desmantelar UNA célula de resistencia, porque ella forma parte de un todo organismo pluricelular que está representado por millones de ciudadanos quienes no se conocen entre sí. Cada “célula de resistencia” consta de cinco “núcleos” o individuos. Cada individuo solamente conoce y se comunica con otros cinco. En otras palabras: es MATERIALMENTE IMPOSIBLE desmantelar un sistema u organismo pluricelular.
Estas células de resistencia servirán para divulgar la manera correcta y segura de sublevarnos, además: conformarán la más perfecta red de comunicación del sistema pluricelular de resistencia. A través de las células de resistencia nos iremos comunicando como hacen los africanos en la selva con sus tambores. En cuestión de horas podremos comunicar una información a millones de ciudadanos… y si se nos caen los medios de comunicación, como la telefonía o la red de la Internet, podremos comunicarnos boca-a boca, cara-a-cara, porque un individuo, dentro de esa compleja red pluricelular, solamente tiene la responsabilidad de contactar a los miembros de la célula de resistencia que él o ella creó, es decir: A CINCO PERSONAS, no más.
Cada uno de nosotros debe convertirse en “PRECURSOR DE LA LIBERTAD” creando nuestra propia célula de resistencia, es decir, invitando a nuestra casa a CINCO personas. No serán SEIS o más… ni serán CUATRO o menos: SERÁN CINCO PERSONAS NADA MÁS. Necesitamos mantener cada célula lo más manejable posible y si consta de muchos “núcleos” (individuos), se nos hará más difícil contactar a cada uno de ellos en el momento crítico. Recuerden: CINCO PERSONAS NADA MÁS.
Una vez en la reunión, leeremos este manifiesto. Cada invitado se alternará en la lectura de cada párrafo, así se mantendrán atentos y nos aseguraremos de que cada quien haya entendido su contenido.
Leyendo este manifiesto aprenderán la manera más adecuada y segura de implementar “La Guarimba”, es decir:
* Trancando los metros cuadrados de
calle que están FRENTE a nuestras viviendas…
* No desplazándonos más allá del frente
de nuestras viviendas…
* No confrontando con el enemigo…
Así de sencillo Y DE SEGURO es el asunto para el 99.9% de la población sublevada. Habrá “otros” que harán “otras cosas” pero “esas cosas” no las sabrá el régimen hasta que llegue el momento, razón por la cual es IMPERATIVO que el 99.9% de la población NO SE DESPLACE, pues podría ser muy perjudicial para aquel que decida hacerlo.
Sin embargo, habrá que explicar un poco más porque la mayoría de los seres humanos gusta de ponerse barreras. Siempre habrá aquel que pregunte: ¿y qué ganamos trancando las calles? Siempre habrá alguien que tiene un “plan” mejor. Jamás se han enfrentado a una tiranía castro-estalinista, pero pretenden tener la “solución” al trauma colectivo. Al final, son esos los primeros que no participan de una manera o de otra.
La sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida ha sido ampliamente probada en otros países. Habrá quien diga: “sí… eso habrá sido en Serbia, pero aquí no somos serbios”. En fin. Siempre habrá quien guste de ponerse barreras. Dejemos que sea el enemigo quien nos ponga las barreras, no seamos nosotros mismos quienes nos auto-limitemos.
XII. SU FUNCIÓN CÍVICA Y ACTIVA
Es importante, pues, explicar – entre otras cosas – cuál es la función cívica y activa de “La Guarimba”, como una modalidad de sublevación.
La única función cívica y activa de “La Guarimba” es la de paralizar al país de una manera generalizada y sostenida, logrando un VERDADERO PARO GENERAL: ¡un verdadero paro general!
Eso solo es suficiente como para defenestrar al más obstinado tirano, sobre todo, porque al pasar los días se tiene que buscar una solución y al no haber otra que cambiar los factores de poder, lo único que quedaría sería la insurrección militar presionada internamente por millones de ciudadanos sublevados y externamente por la llamada “comunidad internacional”. Así ha funcionado siempre. El régimen perderá el apoyo interno, el de sus militares, acólitos y/o policías. Así las cosas, la única vía factible sería el abandono del poder.
Eso le sucedió a Milosevic… a Marcos, a Batista, a Aristide, a Fujimori, a Pérez Jiménez, a Ceaucescu en Rumania y a Erich Honecker en la Alemania Oriental, entre muchos otros tiranos que fueron depuestos tras una presión popular de mayor o menor grado de violencia.
“La Guarimba” es una de tantas maneras de provocar esa necesaria presión interna y externa para que los tiranos abandonen el poder. Es, además, la manera más segura y expedita, si la hacemos correctamente.
La mayor parte del pueblo solamente tiene que comprometerse a trancar el pedacito de calle que está frente a su casa, a no alejarse más allá del frente de su vivienda y a no confrontar con el enemigo. Quedarse dentro de su hogar (de su refugio o “guarimba”) es lo mejor… de ahí el nombre de esta estrategia ya que “guarimba” significa, en uno de los dialectos caribes: refugio. En esta estrategia de “LA GUARIMBA”, el elemento más importante es el refugio de los participantes, la “guarimba” de los participantes. Es entendible el por qué no debemos desplazarnos más allá del frente de nuestras “guarimbas”, de nuestros “refugios”. Al menor indicio de peligro, nos retiramos “estratégicamente” a la seguridad de nuestras “guarimbas”, de nuestros “refugios”: de nuestras viviendas.
XIII. LOS “PEONES CIRCUNSTANCIALES”
Todo régimen sobrevive con la necesaria ayuda de los “peones circunstanciales”. Estos son aquellos que conforman, por motivos circunstanciales, las fuerzas armadas y los organismos policíacos de represión o prevención. Estos “peones” (soldados y policías) cambian de bando con las circunstancias. Al cambiar el gobierno, cambian de bando.
Debemos captar a los “peones circunstanciales” del régimen para que nos ayuden a modificarle, para bien, el destino al país. Además, los “peones circunstanciales” podrían salvar cientos de vidas de nuestros aliados al momento de una sublevación.
Es muy fácil hablar con “ellos”… con los “peones circunstanciales”. Muchos de los “núcleos” de las células de resistencia conocen a un “peón”… o son familia de uno de ellos. Hay que pedirles que llegado el momento, disparen por encima de nuestras cabezas, con todo lo que eso significa. A esos “peones” hay que irlos ablandando. Todos ellos tienen familia y muchos familiares de los “peones”, están del lado de la patria, no del régimen y formarán parte de nuestras células de resistencia.
XIV. LAS “CONDICIONES OBJETIVAS”
La situación momentánea de un determinado país es evaluada por las condiciones subjetivas y/u objetivas. Ambas condiciones son tremendamente cambiantes... dinámicas.
CONDICIONES SUBJETIVAS – Son aquellas condiciones que CREEMOS existentes en un determinado país en un momento específico en el tiempo. Las condiciones subjetivas NO SON precisamente las reales: son las que un grupo pudiera creer existentes. Por ejemplo, nuestros líderes de la resistencia pudieran pensar que están dadas las condiciones para convocar a la sublevación, cuando, en realidad, no es así... en cuyo caso, el llamado a la sublevación podría fracasar.
CONDICIONES OBJETIVAS - Son las reales. Las existentes. Cuando la marcha del 11 de abril de 2002 en Venezuela, estaban dadas las condiciones objetivas para una sublevación. Lo mismo sucedió en la tarde del 27 de febrero de 2004, cuando se prendió “La Guarimba”.
Oigan bien: es un requerimiento imprescindible que estén dadas las “condiciones objetivas” (las verdaderas) para llamar al pueblo a la sublevación o para que el pueblo se subleve de manera espontánea. Habrá que esperar el momento adecuado y mientras tanto, nos vamos preparando con “tareas”, retando al régimen e ignorándolo en todos los sentidos, pero – sobre todo – divulgando, a través de las células de resistencia el mensaje de sublevación y las instrucciones de cómo sublevarnos de una manera adecuada y segura. No se puede PROGRAMAR una sublevación. Aquel líder que convoque la sublevación a distancia, es decir, dentro de un mes o más… que “planifique” la sublevación, es – seguramente – un traidor cuya misión es la de EVITAR la sublevación y fomentar la depresión colectiva. Lo mismo podemos decir de aquellos líderes que llamen al DESPLAZAMIENTO de la población. LO ÚNICO que están buscando son unos muertos, para “matar” también la opción de la verdadera y efectiva sublevación.
XV. ¿Y DESPUÉS QUÉ?
Una pregunta muy válida es qué sucederá en el país después del derrocamiento de la tiranía. ¿Quién tomará el control del país?
Esa es una pregunta imposible de responder. Puede que se monte un “gorila” con intenciones muchísimo más malsanas que las que tenía el tirano depuesto, lo cual sería difícil... pero no imposible. ¿Qué haríamos entonces? Lo mismo que hicimos para sacar al tirano anterior, sólo que esta vez se nos hará infinitamente más fácil porque ya sabremos cómo sublevarnos y el poder de la sublevación en manos de la sociedad civil.
Sin embargo, no se nos ocurre un sistema más funesto, cruel, aberrante y satánico que el Castro-Estalinismo, así que nada podría ser peor.
XVI. ¿CÓMO COMENZAR UNA CÉLULA DE RESISTENCIA?
La etapa más sencilla – Y LA MÁS IMPORTANTE – de toda sublevación cívica es la creación de UNA “célula de resistencia”: de la primera. He aquí cómo se logra paso por- paso:
PRIMERO – Debemos imprimir SEIS copias del “Manifiesto de La Liberación”, este manifiesto que estamos leyendo en estos momentos, que también puede ser bajado y copiado en la siguiente dirección cibernética:
http://www.mrr.name/manifiesto.pdf
SEGUNDO – Debemos invitar a nuestra casa a CINCO amigos, familiares o compañeros de trabajo que estén del lado de la Patria. Sería perfecto que estos individuos no se conocieran entre sí y que no trabaran amistad de ahí en adelante. No presenten a los invitados, ni divulguen sus nombres entre ellos… en el caso de que no se conozcan, claro.
TERCERO – En la reunión cada participante debe turnarse para leer un párrafo de este manifiesto, cuya copia habrá recibido al comienzo de la reunión. Si hubiese acceso a la Internet, sería bueno revisar nuestro sitio en la red.
http://www.mrr.name/celula.htm
CUARTO – Cada participante debe COMPROMETERSE a crear una célula de resistencia de la misma manera.
QUINTO – Debemos velar porque nuestros CINCO “núcleos” hayan cumplido la misión de crear una nueva “célula” cada uno.
SEXTO – Debemos estar pendientes de revisar constantemente nuestro sitio en la web, donde estaremos impartiendo información importante. ¡EN MENOS DE UN MES HABREMOS CONTACTADO A CASI 10 MILLONES DE HERMANOS!